lunes, 22 de marzo de 2010

Ecopsicologia


El término ecopsicología, primero usado por el escritor y teórico Theodore Roszak en su libro de 1992, La Voz de la Tierra, se define libremente como la conexión entre la ecología y la psicología humana. Roszak sostiene que los seres humanos pueden curar lo que él llama su “enajenación psicologica” de la naturaleza y construir una sociedad más sostenible si reconocen que todos tenemos un enlace emocional innato con el mundo natural.
La premisa básica es que funcionamos bajo la ilusión que la gente no es parte de la naturaleza, y que los seres humanos probablemente derivan más consuelo e incluso inspiración mediante contacto con el mundo natural—con el cual se desarrollaron a través de milenios—que con los relativamente recientes inventos de la sociedad urbana moderna. Distanciándose de la naturaleza, Roszak mantiene que hay consecuencias psicologicas negativas para la gente y también lleva a la devastación ecológica a manos de una sociedad que, consecuentemente, carece de empatía hacia la naturaleza.
En un ensayo más reciente llamado “Ecopsicología: Ocho principios,” Roszak, que eventualmente fundó el Instituto [no lucrativo] de Ecopsicología, indica que la base de la mente es el inconsciente ecológico, que, si se reprime, pueden llevar a un tratamiento “desquiciado” de la naturaleza. “Para la ecopsicología, la represión del inconsciente ecológico es la raíz más profunda de la locura colusoria que vemos en la sociedad industrial,” escribe él, agregando que el “acceso abierto al inconsciente ecológico es la trayectoria a la cordura.”
Mientras que muchos sicoterapeutas han adoptado aspectos de la ecopsicología al tratar varias enfermedades mentales y desórdenes psicológicos, las enseñanzas de Roszak y de otros contribuidores al campo todavía en desarrollo pueden ser provechosas incluso para aquellos que no necesitan cuidados de un terapeuta. Por ejemplo, John V. Davis, catedrático de Naropa University que enseña y escribe sobre ecopsicología, dice que meditando al aire libre, participando en retiros en zonas vírgenes, tomando parte en festivales o celebraciones basadas en la naturaleza o en el cambio de estaciones u otros fenómenos naturales, apoyando actividades de respeto a la Tierra—tales como trabajo ambiental de restauración o de defensa, y pasando tiempo alrededor de animales (inclusive animales domésticos, que se ha demostrado poseen efectos curativos con los ancianos y personas afectadas por incapacidades psicológicas) son algunas de las maneras en las cuales la gente puede usar la disciplina diariamente para beneficio de su salud psicológica.
Conseguir que los niños dediquen más atención a la naturaleza y la vida al aire libre es considerada por los proponentes de la ecopsicología como cosa clave a su desarrollo, especialmente en la edad tecnológica que ahora ocupamos. Richard Louv, autor del libro, Ultimo niño en el bosque: Salvando Nuestros Niños del Desorden de Deficiencia de Naturaleza, sostiene que los niños están tan obsesionados con la televisión y los juegos de video que han perdido su conexión al mundo natural. Esta desconexión, Louv mantiene, ha llevado no sólo al deterioro agudo de la salud entre nuestra juventud (incluyendo la obesidad), sino también a la larga a problemas de salud mentales y espirituales. Su trabajo ha estimulado un movimiento mundial para presentar a más niños las maravillas de la naturaleza a través de diversas actividades tanto planeadas como espontáneas.