domingo, 14 de marzo de 2010

Memes o categorias "integrales", HOLOARQUIAS

Extractos del Libro: "Una Teoria del Todo", Ken Wilber

El ser humano forma parte de la totalidad espacial y temporal­
mente limitada a la que denominamos universo y, en una especie de
ilusión óptica de la conciencia, se experimenta a sí mismo, a sus pen­

samientos y a sus sentimientos, como algo separado del resto. Esta
ilusión es un tipo de prisión que nos circunscribe a nuestros deseos
personales y al afecto por las personas que más cerca se hallan de no­

sotros. Nuestra tarea es liberarnos de esa cárcel y ampliar el círculo
de la compasión hasta llegar a abrazar a todas las criaturas viras y a
la totalidad de la naturaleza, en todo su esplendor.

ALBERT EINSTEIN



Los seis primeros niveles son "niveles de subsistencia" y están marcados por lo que Graves denomina "el pensa­miento de primer grado". Luego tiene lugar una revolucio­naria transformación en la conciencia que implica la emer­gencia de los "niveles de ser" y del "pensamiento de segundo grado", del cual hay dos grandes olas. Veamos ahora una breve descripción de las ocho olas, del porcen­taje aproximado de población mundial que se halla en cada una de ellas y de la tasa de poder social de la que goza.''

1. Beige: Arcaico-instintivo. Se trata del nivel de la su­pervivencia básica, un nivel en el que resultan prioritarios el alimento, el agua, el calor, el sexo y la seguridad y en el que la supervivencia depende de los hábitos y de los ins­tintos. Apenas si existe yo,diferenciado y la perpetuación de la vida requiere de la agrupación en hordas de supervi­vencia.

Se halla presente en las primeras sociedades humanas, en los recién nacidos, los ancianos, los últimos estadios de quienes padecen la enfermedad de Alzheimer, los locos que vagabundean por las calles y las masas hambrientas. (Porcentaje aproximado de la población adulta que se ha­lla en este nivel: 0,1 %. Tasa de poder que posee: 0%.)

2. Púrpura: Mágico-animístico. Está determinado por el pensamiento animista y por una extrema polarización entre el bien y el mal. Los espíritus mágicos pueblan la tierra y a ellos hay que supeditarse apelando a todo tipo de bendicio­nes, maldiciones y hechizos. Se agrupa en tribus étnicas. El espíritu mora en los ancestros y es el que cohesiona a la tri­bu. Los vínculos políticos están determinados por el paren­tesco y el linaje. Parece "holístico" pero, en realidad, es ato­místico ("cada recodo del río tiene su nombre pero el río carece de nombre").

Se halla presente en la maldición vudú, los juramentos de sangre, el rencor, los encantamientos, los rituales fami­liares, las creencias y las supersticiones mágicas de la et­nia. Fuertemente implantado en los asentamientos del Ter­cer Mundo, las bandas, los equipos deportivos y las tribus. (10% de la población, 1% del poder.)

3. Rojo: Dioses de poder. Comienzo de la emergencia de un yo ajeno a la tribu; poderoso, impulsivo, egocéntri­co y heroico. Espíritus míticos, dragones, bestias y perso­nas poderosas. Los señores feudales protegen a sus subor­dinados a cambio de obediencia y trabajo. Fundamento de los imperios feudales (el poder y la gloria). El mundo se presenta como una jungla llena de amenazas y de todo tipo de predadores. Dominantes y dominados. El yo campa a sus anchas sin cortapisas de ningún tipo.

Se halla presente en el rebelde sin causa, la mentalidad fronteriza, los reinos feudales, los héroes épicos, los líde­res de las bandas, los malvados de las películas de James Bond, los mercenarios, las estrellas del rock, Atila, rey de los hunos y El señor de las moscas. (20 % de la población y 5% del poder.)

4. Azul: Orden mítico. La vida tiene un sentido, una di­rección, un objetivo y un orden impuesto por un Otro to­dopoderoso. Este orden impone un código de conducta ba­sado en principios absolutistas y fijos acerca de lo que está "bien" y de lo que está "mal". El acatamiento de ese códi­go y de esas reglas se ve recompensado, mientras que su violación, por el contrario, tiene repercusiones muy graves y duraderas. Fundamento de las antiguas naciones. Jerar­quías sociales rígidas y paternalistas, sólo hay un modo correcto de pensar. Ley y orden, control de la impulsividad a través de la culpa, creencias literales y fundamentalistas y obediencia a una ley impuesta por un Otro fuertemente convencional y conformista. A menudo asume un aspecto "religioso" o "mítico" [en el sentido mítico-pertenencia, motivo por el cual Graves y Beck se refieren a él como ni­vel "santo/absolutista"], aunque también puede asumir el aspecto de un Orden o de una misión secular o atea.

Se halla presente en la América puritana, en la China confuciana y en la Inglaterra de Dickens, en los códigos de honor de la caballería, en las obras buenas y caritativas, en el fundamentalismo islámico, en las "buenas obras" de los scouts, en el patriotismo de la "mayoría moral". (40% de la población y 30% del poder.)

5. Naranja: Logro científico. En esta ola, el yo "esca­pa" de la "mentalidad azul del rebaño" y busca la verdad y el significado en términos individuales. Es un nivel hipo­tético-deductivo, experimental, objetivo, mecánico y ope­rativo (o, lo que es lo mismo, científico). El mundo se pre­senta como una maquinaria racional bien engrasada que funciona siguiendo leyes naturales que pueden ser apren­didas, dominadas y manipuladas en propio beneficio. Muy orientada hacia objetivos y especialmente (en Estados Unidos) hacia el beneficio material. Las leyes de la ciencia gobiernan la política, la economía y los asuntos humanos. El mundo se presenta como una especie de tablero de aje­drez en el que destacan los ganadores. Alianzas comercia­les y explotación de los recursos de la Tierra en beneficio propio. Fundamento de las sociedades de estados.

Se halla presente en la Ilustración, La rebelión del Atlas (la novela de Ayn Rand), Wall Street, la Costa Azul, la clase media emergente de todo del mundo, la industria de la moda y de la cosmética, la búsqueda del triunfo, el colonialismo, la guerra fría, el materialismo y el liberalismo centrado en uno mismo. (30% de la población y 50% del poder.)

6. Verde: El vo sensible. Centrado en la comunidad, en la relación entre los seres humanos, en las redes y en la sen­sibilidad ecológica. El espíritu humano debe ser liberado de la codicia, del dogma y de la división; el respeto y la atención a los demás reemplaza a la fría razón; respeto y cuidado por la tierra, Gaia y la vida. Establece vínculos y uniones laterales y es contrario a las)erarquías. Yo perme­able y relacional centrado en redes. Enfasis en el diálogo y las relaciones. Fundamento de las comunidades de valor (agrupaciones libremente elegidas basadas en sentimientos compartidos). Toma de decisiones sustentada en la conci­liación y el consenso (desventaja: dilación "interminable" del proceso de toma de decisiones). Presta atención a la es­piritualidad, la armonía y el enriquecimiento del potencial humano. Fuertemente igualitario, antijerárquico, centrado en valores plurales, en la construcción social de la reali­dad, en la diversidad, el multiculturalismo y la relativiza­ción de los valores, una visión del mundo a la que habi­tualmente se conoce con el nombre de relativismo pluralista. Subjetivo y centrado en el pensamiento no line­al; fomenta la cordialidad, la sensibilidad, el respeto y el cuidado por la Tierra y por todos sus habitantes.

Se halla presente en la ecología profunda, el postmo­dernismo, el idealismo holandés, el counseling de Rogers, el cuidado por la salud canadiense, la psicología humanis­ta, la teología de la liberación, el Consejo Mundial de las Iglesias, Greenpeace, los derechos de los animales, el eco­feminismo, el postcolonialismo, Foucault/Derrida, lo polí­ticamente correcto, los movimientos en pro de la diversi­dad, los derechos humanos y la ecopsicología. (10% de la población y 15% del poder.)

Con la actualización del meme verde, la conciencia humana experimenta un verdadero salto cuántico hacia "el pensamiento de segundo grado", un salto que Clare Graves califica de "avan­ce trascendental" que permite "llegar a profundidades de signifi­cado anteriormente insondables". Dicho en dos palabras, con la emergencia de la conciencia del segundo grado, el ser humano puede pensar tanto vertical como horizontalmente (utilizando tanto las jerarquías como las heterarquías), con lo cual puede abarcar, por vez primera, el espectro completo del desarrollo in­terno y advertir la importancia crucial que tiene cada nivel, cada meme y cada ola en la salud global de todo el proceso espiral del desarrollo.

Así pues, cada ola superior "trasciende e incluye" a sus pre­decesoras, lo cual quiere decir que va más allá de ellas (las tras­ciende), al tiempo que las engloba en su misma estructura (las in­cluye). Una célula, por ejemplo, trasciende pero incluye a las moléculas que, a su vez, trascienden pero incluyen a los átomos. Decir que una molécula trasciende a un átomo no es decir que las moléculas odien a los átomos, sino que los aman, los incluyen en su propio entramado, los abrazan, no los marginan. Por ello cada ola de la existencia constituye un ingrediente esencial de todas las olas subsiguientes, y todas deben ser, en consecuencia, ade­cuadamente respetadas e incluidas.

Además, cada una de las olas puede verse activada o reactiva­da en respuesta a las distintas circunstancias que nos depara la vida.'- Así, las situaciones de emergencia estimulan los impulsos rojos del poder; el caos reactiva el meme azul del orden; la bús­queda de un nuevo trabajo incentiva los impulsos naranja del lo­gro y el matrimonio y la amistad pone en marcha el meme verde de la intimidad. Todos los memes, pues, aportan algo sumamen­te importante.

Lo que ninguno de esos memes puede hacer, no obstante, es darse plena cuenta de la existencia del resto de los memes. En consecuencia, cada uno de los memes del primer grado considera que su visión del mundo es la única adecuada y, por tanto, reacciona negativamente cada vez que se siente amenazado. Por ello también el meme azul del orden se siente muy incómodo con la impulsividad roja y con el individualismo naranja, que el meme naranja del logro considera que el orden azul es cosa de personas muy rígidas y que la vinculación propia del meme verde es cues­tión de gente muy blanda. El igualitarismo del meme verde, por su parte, no admite fácilmente la excelencia, el ordenamiento jerár­quico de valores, las grandes imágenes ni nada que pueda parecer autoritario y por ello también suele reaccionar con mucha viru­lencia en contra del meme azul, del naranja y de cualquier otro meme posterior al verde.

Este estado de cosas empieza a cambiar con la emergencia del "pensamiento de segundo grado", una modalidad plenamente consciente de los estadios interiores del desarrollo que permite -aunque no lo haga de un modo claramente articulado- dar un paso atrás y asumir una visión más global. Por ello el pensa­miento de segundo grado reconoce y comprende el papel que de­sempeñan -y, en consecuencia, la necesidad- del resto de los memes. Por esta razón la conciencia de segundo grado no sólo piensa en términos de un determinado nivel sino de la espiral completa de la existencia.

Así, cuando el meme verde comienza a aprehender los mu­chos y muy diversos sistemas y contextos que existen en las di­ferentes culturas, el pensamiento de segundo grado, que no en vano es conocido también con el nombre del meme sensible (es decir, sensible a la marginación de los demás) va un paso más allá y, al advertir los ricos contextos que vinculan estos sistemas plurales, comienza a integrar los sistemas separados en espirales y holoarquías integrales y holísticas. El pensamiento de segundo grado, dicho en otras palabras, resulta útil para pasar del relati­vismo al holismo o, lo que es lo mismo, del pluralismo al inte­gralismo.

La extraordinaria investigación llevada a cabo por Graves, Beck y Cowan señala que la conciencia integral de segundo gra­do se despliega, al menos, a través de dos grandes olas:

7. Amarillo: Integrador. La vida se presenta como un ca­leidoscopio de jerarquías [holoarquías], sistemas y formas naturales cuya prioridad principal gira en tomo a la flexibi­lidad, la espontaneidad y la funcionalidad. Las diferencias y las pluralidades pueden integrarse naturalmente en corrien­tes interdependientes. El igualitarismo puede complemen­tarse, cuando es necesario, con grados naturales de ordena­miento y excelencia, con lo cual el rango, el poder, el estado y la dependcencia del grupo se ven reemplazados por el co­nocimiento y la idoneidad. El orden mundial prevalente es el resultado de la existencia de diferentes niveles de realidad (memes) y de las inexorables pautas del movimiento de as­censo y descenso en la espiral dinámica. El gobierno ade­cuado facilita la emergencia de entidades pertenecientes a niveles de complejidad cada vez mayor (jerarquía anidada). (1% de la población y 5% del poder.)

8. Turquesa: Holístico. Sistema holístico universal, ho­lones/olas de energías integrativas; integra el sentimiento y el conocimiento; múltiples niveles entrelazados en un sistema consciente." Orden universal consciente y vivo que no se basa en reglas externas (azul) ni en lazos grupa­les (verde). Tanto teórica como prácticamente, es posible una "gran unificación", una TOE. Hay ocasiones en que desencadena la emergencia de una nueva espiritualidad que engloba la totalidad de la existencia. El pensamiento turquesa utiliza todos los niveles de la espiral, advierte la interacción existente entre múltiples niveles y detecta los armónicos, las fuerzas místicas y los estados de flujo que impregnan cualquier organización. (1% de la población, 1 % del poder.)

Con menos del 2% de la población en el pensamiento de se­gundo grado (y tan sólo un 1 % en el meme turquesa), el pensa­miento de segundo grado es relativamente raro hoy en día y constituye una auténtica "vanguardia" de la evolución colectiva del ser humano. Beck y Cowan ilustran este tipo de conciencia con ítems que van desde la noosfera de Teilhard de Chardin has­ta la emergencia y expansión de la psicología transpersonal, las teorías del caos y de la complejidad, el pensamiento sistémico integral-holístico, las integraciones pluralistas de Gandhi y Man­dela afirmando con toda claridad que se halla en marcha un pro­ceso de actualización de memes todavía más elevados...

El salto a la conciencia de segundo grado

Pero, como señalan Beck y Cowan, la emergencia del pensa­miento de segundo grado debe vencer la resistencia que le ofrece el pensamiento de primer grado. De hecho, existe una versión del meme verde postmoderno (abiertamente pluralista y relativista) que se muestra francamente refractario a la emergencia de un pensamiento más integrador y holístico. Como señalan Graves, Beck y Cowan, sin el pensamiento de segundo grado, la humanidad está condenada a ser la víctima de una especie de "enfermedad autoinmune" en la que los distintos memes luchan entre sí por la supremacía.

Éste es el motivo por el cual muchos de los argumentos pre­sentados no reflejan tanto una evidencia objetiva, como el nivel subjetivo de quienes los esgrimen. Poco importa la cantidad de evidencia científica naranja presentada porque nunca acabará convenciendo a los creyentes míticos azules y lo mismo ocurrirá con la relación verde o el holismo turquesa, que jamás impresio­narán a la agresividad naranja ni al pluralismo verde, respectiva­mente... a menos que el individuo se halle preparado ya para dar un paso hacia adelante en su camino a través del proceso espiral y dinámico del desarrollo de la conciencia. Y éste es también el motivo por el cual los debates "inter-niveles" rara vez se resuel­ven y que todas las partes implicadas salen de ellos con la sensa­ción de no haber sido siquiera escuchadas.

Del mismo modo, nada de lo que podamos decir en este libro le convencerá de la plausibilidad de una TOE, a menos que su pa­leta cognitiva se halle ya teñida con un toque de turquesa (en cuyo caso pensará: « ¡Esto es algo que ya sabía, aunque ignoraba el modo adecuado de articularlo! ».

Como estábamos diciendo, los memes de primer grado suelen resistirse a la emergencia de los memes de segundo grado. Por ello el materialismo científico (naranja) se muestra violentamente reduccionista con los constructos de segundo grado y trata de re­ducir todos los estadios interiores a fuegos artificiales neuronales objetivos; el fundamentalismo mítico (azul), por su parte, suele sentirse ultrajado, con lo que muy a menudo considera como un intento por derribar su Orden establecido; el egocentrismo (rojo) ignora por completo el pensamiento de segundo grado; la magia (púrpura) lo maldice, y verde, por su parte, acusa a la conciencia de segundo grado de ser autoritaria, rígidamente jerárquica, pa­triarcal, opresiva, marginalizadora, racista y sexista.

En las últimas tres décadas, el meme verde -cuyos términos claves probablemente ya conozca (pluralismo, relativismo, di­versidad, multiculturalismo, deconstrucción, antijerarquía, etc.)­ha estado a cargo de los estudios culturales.

Y hay que decir que el relativismo pluralista verde ha ensan­chado noblemente el canon de los estudios culturales hasta incluir muchas personas, ideas y narrativas anteriormente marginadas' y ha actuado con la sensibilidad suficiente como para tratar de co­rregir los desequilibrios sociales y evitar las prácticas marginali­zadoras. En este sentido, ha sido responsable de iniciativas funda­mentales en el campo de los derechos civiles y de la protección del medio ambiente; ha desarrollado críticas muy elaboradas y persuasivas de las filosofías, metafísicas y prácticas sociales del meme religioso convencional (azul) y del meme científico (na­ranja) y de sus agendas a menudo exclusivistas, patriarcales, se­xistas y colonialistas.

Pero también hay que señalar por otra parte que, por más efi­caz que haya sido su crítica de los estadios anteriores, el meme verde también ha dirigido sus andanadas hacia todos los estadios post-verde, con resultados más que desafortunados, tomando muy difícil -y, en demasiadas ocasiones, hasta imposible- su avance hacia construcciones más holísticas e integrales.

Porque lo cierto es que el relativismo pluralista (verde) -que se encuentra más avanzado que el absolutismo mítico (azul) y que la razón formal (naranja) y se adentra en contextos indivi­dualistas ricamente texturados- se halla teñido de un fuerte sub­jetivismo. Y ello significa que su visión de la verdad y la bondad está muy determinada por las preferencias individuales (con tal de que el individuo no dañe a los demás). Desde esta perspectiva, lo que es cierto para usted no necesariamente lo es para mí, pues­to que lo correcto es simplemente lo que los individuos o las cul­turas deciden en un determinado momento; no existe ninguna verdad o conocimiento universal; cada persona es libre de en­contrar sus propios valores, que no tienen por qué ser los mismos que los de los demás. Se trata de una postura que puede ilustrar­se perfectamente con la frase «Tú ocúpate de tus cosas que yo lo haré de las mías».

Éste es el motivo por el cual este estadio también es conocido como el del "yo sensible". Y precisamente porque es consciente de la existencia de muchos contextos diferentes y de numerosas ver­dades diferentes (pluralismo), vuelve hacia atrás en un esfuerzo por permitir que cada verdad disponga de su propio espacio, sin marginar ni desdeñar a ninguna. Por ello, al igual que ocurre con los términos "antijerarquía", "pluralismo", "relativismo" e "iguali­tarismo", cada vez que escuche la palabra "marginación" se halla­rá muy probablemente en presencia de un meme verde.

Lamentablemente, este noble intento también tiene sus incon­venientes. Las reuniones que se atienen a los principios del meme verde tienden a discurrir de un modo muy similar: todo el mundo comienza expresando sus sentimientos (lo que suele re­querir varias horas); luego tiene lugar un proceso casi intermina­ble en el que todo el mundo expresa sus opiniones, sin llegar a to­mar, en muchos casos, ninguna decisión o curso de acción concreto, porque muy probablemente excluiría a alguien. Así pues, existe la intención de mantener un abrazo inclusivo, no marginador y compasivo de todos los puntos de vista, pero sin sa­ber exactamente cómo hacerlo, porque lo cierto es que no todos los puntos de vista tienen el mismo valor. Así es como se llega a la curiosa situación de que el éxito de la reunión no depende tan­to de llegar a una conclusión, como de haber permitido que todo el mundo tuviera la oportunidad de expresar sus sentimientos. Puesto que se supone que ninguna visión es intrínsecamente me­jor que otra, no puede recomendarse ningún curso real de acción más que el de compartir todas las visiones y, en el caso de que al­guien exponga una afirmación con convencimiento, se considera como un ejemplo de opresión autoritaria. En los años sesenta cir­culaba un refrán muy común que decía algo así como que «la li­bertad es una reunión interminable»... pues bien, no cabe la me­nor duda de que la parte "interminable" era cierta.

El relativismo pluralista es la actitud dominante en el mundo académico. Como bien resume Colin McGuinn: «Según esta concepción, la razón humana es intrínsecamente local, cultural­mente relativa, arraigada en los hechos cambiantes de la natura­leza y la historia humana, una cuestión de "prácticas", "formas de vida", "marcos de referencia" y "esquemas conceptuales" di­ferentes. No existe ninguna norma de razonamiento que trascien­da lo que es aceptado por una sociedad o una época determinada y no existe justificación objetiva alguna para la creencia de que todo el mundo debe respetar el dolor del mal funcionamiento cognitivo. De este modo diferentes personas pueden asumir legí­timamente pautas de acción distintas. La única justificación, en última instancia, de una creencia asume la forma de "que sea jus­tificada para mí"»." Como dice Clare Graves: «Este sistema con­templa el mundo desde una perspectiva relativa y el pensamien­to pone un énfasis radical y compulsivo en verlo todo desde un marco de referencia relativo y subjetivo».

Tal vez ahora resulte evidente que el hecho de que el relativis­mo pluralista asuma una postura tan subjetivista lo toma especial­mente proclive a caer en el narcisismo. Y ése es, precisamente, el meollo del problema, porque el pluralismo se convierte de mane­ra inadvertida en un superimcín para el narcisismo, en el hogar de la cultura del narcisismo y no hay que olvidar que el narcisismo es el gran destructor de cualquier cultura, en general, y de cualquier TOE, en particular (puesto que se niega a salir de su propia órbita subjetiva y no puede permitir la existencia de otras verdades dis­tintas a la suya). Así pues, el primero de los obstáculos que impi­den la emergencia de una auténtica TOE es, desde mi punto de vista, la cultura del narcisismo.

Con la emergencia del pensamiento de segundo grado, sin embargo, las jerarquías resurgen de nuevo, pero esta vez de un modo más amable y anidado. Se trata de jerarquías anidadas -que también se denominan jerarquías del desarrollo- como la que va desde los átomos hasta las moléculas, las células, los or­ganismos, los ecosistemas, la biosfera y el universo.' Cada una de esas unidades, no importa lo "humilde" que sea, es absolutamen­te crucial para la secuencia entera: destruya los átomos y acaba­rá simultáneamente con las moléculas, las células, los ecosiste­mas, etc. Al mismo tiempo, cada ola superior envuelve y engloba a sus predecesoras -los ecosistemas contienen organismos que, a su vez, contienen células que, a su vez, contienen molécula-, en un proceso de desarrollo que es, al mismo tiempo, envolvente. Por ello cada ola es cada vez más inclusiva, más abarcadora y más integral y, simultáneamente, menos marginadora, menos ex­clusivista y menos opresiva. (Cada ola sucesiva "trasciende a la vez que incluye", es decir, trasciende su propia estrechez para in­cluir a las demás.) Como ocurre con los procesos de crecimiento naturales, la misma espiral del desarrollo constituye una jerar­quía anidada, una jerarquía del desarrollo.

La transformación integral

Parece, pues, que entre el 1 y el 2% de la población mundial se halla en un estadio integral propio del pensamiento de segundo grado, pero que cerca del 20% está en el meme verde, a punto de experimentar la transformación integral a la que Clare Graves ha calificado de auténtico "salto cuántico".

Los factores, pues, que favorecen el "salto cuántico" a la si­guiente ola integral -que el individuo se haya hartado del meme verde hasta el punto de estar dispuesto a abandonarlo, que expe­rimente algún tipo de disonancia con el estado presente, que esté buscando algo más profundo, más amplio y más significativo­pueden resumirse en dos puntos fundamentales: una visión inte­gral y una práctica integral.

La primera de ellas nos proporciona una cierta comprensión y, en este sentido, nos ayuda a superar la disonancia y a aventurar­nos a experimentar una apertura más amplia y más profunda. La práctica integral, por su parte, consolida más concretamente to­dos esos factores para que no terminen convirtiéndose en meras ideas abstractas y nociones vagas.Un mapa más integral

¿Qué es lo que podríamos decir acerca de un modelo más in­tegral de las posibilidades humanas? Antes de poder abordar las aplicaciones de una visión más integral en el campo de la educa­ción, de la política, de la empresa, de la salud, etc., necesitamos tener alguna idea general sobre lo que estamos aplicando. ¿Qué tipo de mapa podemos utilizar cuando pasamos del relativismo pluralista al integralismo universal? Recordemos que un mapa más integral debería incluir:

· múltiples niveles u olas de la existencia, mostrándonos así una gran holoarquía que abarque el espectro completo de

la conciencia, desde la materia hasta el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu (o desde beige hasta púrpura, rojo, azul, naranja... lo sutil lo causal y lo no-dual). Desplazándose a través de esos niveles del desarrollo, existen:

· muchas corrientes, módulos o líneas diferentes del desa­rrollo, entre las que cabe destacar la cognitiva, la moral, la espiritual, la estética, la somática, la imaginativa, la inter­personal, etc. (en este sentido, por ejemplo, uno puede ser cognitivamente naranja, emocionalmente púrpura, moral­mente azul, etc.). Además, en casi todos los estadios del desarrollo, uno tiene la posibilidad de acceder a:

·muchos estados diferentes de conciencia, como la vigilia, el sueño, el sueño sin sueños y los estados alterados, no-ordi­narios y meditativos (muchos de los cuales pueden presen­tarse en cualquier nivel de cualquier línea, de modo que, en casi cualquier estadio del desarrollo, uno puede tener acce­so a una gran variedad de experiencias religiosas);"

·muchos tipos diferentes de conciencia, lo cual incluye los tipos del género, los tipos de personalidad (como la tipolo­gía eneagramática, la de Myers-Briggs, la junguiana), etc. Estos tipos pueden ocurrir en los distintos niveles, líneas y estados;

· muchos factores orgánicos y estados cerebrales (propios del cuadrante superior-derecho que hoy en día recibe una gran atención por parte de la psiquiatría, las ciencias cog­nitivas y la neurobiología, aunque debo destacar que, por más importante que sea, no es más que "una cuarta parte" de la historia);

· el extraordinario impacto de muchos factores culturales, como la rica textura de las diversas realidades culturales, los contextos que operan a modo de sustrato, las percepciones plurales, la semántica lingüística, etc., ninguno de los cuales debe soslayarse sino que, por el contrario, debe ser incluido e integrado en el amplio marco de una visión aperspectivis­ta-integral. (Por otra parte, "una práctica transformadora au-ténticamente integral" debería también conceder el adecua­do peso a las relaciones, la comunidad, la cultura y los fac­tores intersubjetivos, en general, no sólo como un reino de aplicación de la visión espiritual, sino como una herramien­ta de transformación espiritual);

· las fuerzas que se derivan del sistema social, en todos los niveles (desde la naturaleza hasta las estructuras humanas, como el fundamento tecnoeconómico y también la impor­tantísima relación que mantienen con los sistemas sociales no humanos, desde Gaia hasta los ecosistemas);

· aunque no haya hablado de ello en esta simple revisión su­maria, una visión global tampoco debe soslayar la impor­tancia del yo en tanto que navegante del gran Río de la Vida. Desde esta perspectiva, el yo no es tanto una entidad monolítica como una sociedad de yoes que giran en torno a un centro de gravedad que opera a modo de aglutinante de las muchas olas, estados, corrientes y reinos, en una es­pecie de organización unificada cuya interrupción, en cualquiera de los estadios, puede ocasionar un problema patológico. `

Éstos son algunos de los muchos factores que debería incluir cualquier visión realmente holónica del Kosmos, ya que cual­quier modelo que no incluya de un modo coherente todos estos ítems no es un modelo integral. La mayor parte de mi obra se ha centrado en presentar al lector las conclusiones de investigadores que operan con las concepciones del segundo grado, tanto de fuentes premodernas, como de fuentes modernas o de fuentes postmodernas, es decir, de investigadores que tienen en cuenta el espectro completo de la conciencia y de sus múltiples olas, co­rrientes, estados y reinos. En el mejor de los casos, se trataría de presentar una visión omninivel y omnicuadrante que englobase las múltiples modalidades de la totalidad del espectro, una visión que incluyera la mayor cantidad de evidencia posible procedente del mayor número posible de investigadores.



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